Tirana, ambiente de Mundial y locos al volante

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Estábamos apurando nuestras últimas horas en la República de Macedonia. Habíamos estado en la sorprendente Skopje, habíamos hecho treking y navegado por el Cañón y el Lago Matka, y pasado dos días en la preciosa ciudad de Ohrid. Nos llevamos un magnífico recuerdo de este país, pero era momento de conocer nuestro siguiente destino… ¡Albania!

De Macedonia a Albania

​Salimos de Ohrid en un taxi compartido con un abuelo y su nieto dirección a Struga, una de las últimas ciudades de Macedonia antes de cruzar a Albania. Allí se encuentra la estación de autobuses, donde tuvimos que esperar unas 2 horas hasta que saliera el nuestro hacía Tirana, la capital albanesa. Apenas 15 minutos después de salir de Struga, cruzamos la frontera entre la República de Macedonia y Albania, con el ya habitual trámite de control de pasaportes. Esta vez no echaron a nadie del bus, como sí pasó cruzando la frontera entre Kosovo y Macedonia.

Fue un viaje de casi 4 horas (para hacer 125 kilómetros ¡tela!), las carreteras ni los transportes son los que podemos estar acostumbrados en países más desarrollados, pero el viaje fue muy tranquilo y en el que pudimos disfrutar de grandes paisajes. Bueno, en realidad solo lo disfruté yo, porque Cris tiene un máster en dormirse en los autocares con la excusa de no marearse.

​Llegamos alrededor de las 4 de la tarde a la ciudad. El bus nos dejó literalmente en medio del Bulevar Zogu I, enfrente del Hotel International Tirana. Allí no había ni estación ni nada, solamente una simple parada (un palo) de autobús interurbano. Menos mal que estábamos en el centro y ya teníamos un hostel localizado, el Tirana Backpacker Hostel, situado a unos 10 minutos andando. Ahora faltaba saber si había disponibilidad, pero Tirana, y Albania en general, no es un país que reciba mucho turismo, así que no hubo inconveniente ninguno.

No tardamos mucho en salir del hostel y empezar a caminar por esta desconocida ciudad, que todavía parecía tener el envoltorio de regalo y que nosotros teníamos que quitarle el lazo y descubrir que nos podía ofrecer.​

Bienvenidos al caos de Tirana

Pronto vimos que habíamos llegado a una ciudad caótica. Desde que empezó nuestra ruta en Roma, ya nos asustamos de cómo conducía la gente. Ilusos de nosotros, pensábamos que lo habíamos visto todo y todavía no habíamos visto absolutamente nada. A cada país que íbamos avanzando, sus habitantes se iban superando a límites inimaginables y dejando el listón a niveles muy altos, hasta el punto de llegar a Albania. Coches derrapando en una carretera interurbana, 4 personas encima de una moto, circulando en contra dirección como si estuvieran en el pasillo de su casa y otras tantas barbaridades que lo tienes que ver 2 veces para creértelo.

Antes de cruzar una calle las posibilidades que tienes de llegar al otro lado están al 50%. Una, o tienes suerte y los coches te esquivan, o dos, te pasan por encima… ¡Hay que joderse!… ¡Ni se te ocurra viajar sin un buen Seguro de Viaje​!

Si estás leyendo esto, es porque fuimos unos afortunados. Pero de verdad que es terrible como conducen en este país. Al final te lo acabas tomando a risa pero con cara de gilipollas, mientras no dejas de quedarte atónito viendo a auténticos locos poseídos por el mismísimo diablo cuando están con las manos al volante. Aunque estés acostumbrado a un tráfico sin leyes, te puedo asegurar que igualmente te impactará.

Eso sí, es un país en el que te puedes encontrar desde tartanas con más años que el tío que inventó la rueda, hasta cochazos de lujo… y te preguntas ¿de dónde sacarán estos cacharros? Pues según nos dieron a entender, por estos países todavía hay existe la «mafia».

Tirana es la capital y la ciudad más grande de Albania. Esta ciudad que en el 1991 se deshizo de 40 años de dictadura comunista, está recuperando un aspecto cada vez más europeizado y como país mediterráneo que es, ha dejado de lado su frialdad de años atrás para convertirse en una ciudad abierta que espera poco a poco la llegada del visitante.

La ciudad en sí tiene muchísima vida y eso fue algo que nos sorprendió y nos gustó mucho. El centro de la capital albanesa está claramente marcado por la gran Plaza de Skanderbeg (Sheshi Skënderbej), el corazón de la ciudad. En la parte central de la misma se levanta la estatua ecuestre de Skanderbeg.

Viajar a Tirana, Albania

Gran parte de la vida de Tirana, transcurre a lo largo de su calle principal, el Bulevar Dëshmorët e Kombit. Aquí encontramos algunos de los edificios públicos más importantes, además de otros bastante más modernos que forman parte del centro financiero de la capital. La Galería de Arte, zonas verdes, el Palacio Presidencial, el Palacio de Congresos y la Universidad de Tirana como punto final de la larga avenida, son algunos de estos edificios.

Viajar a Tirana, Albania

La tarde la aprovechamos para recorrer la avenida a modo paseo de reconocimiento, pero sin detenernos en cada uno de los lugares que hay que ver en Tirana, ya que eso lo haríamos al día siguiente, con el añadido que es una ciudad muy fácil de visitar a pie.

Viviendo el Mundial de Fútbol en Tirana

En la calle Shëtitorja Murat Toptani, una de las perpendiculares a la gran avenida, habían montado una especie de “Fan Zone” del Mundial y había un tremendo ambientazo futbolero, con cientos y cientos de mesas, dos pantallas gigantes, una en mitad de la calle y otra al final, y lo mejor de todo y que nunca puede faltar en estos eventos, multitud de paradas con barriles de cerveza y enormes parrilladas de carnes a la brasa.​

Estaba clarísimo donde íbamos a cenar esa noche. El olor nos llevaba en volandas parada tras parada, mientras devorábamos la comida con los ojos en busca del lugar elegido.

No nos habíamos dado cuenta antes, pero por toda esa zona nos pareció curioso escuchar a mucha gente hablar en italiano y es que desconocíamos que en el año 1939, Albania fue controlada por Italia hasta el 1943. Por ese motivo, actualmente hay tanta descendencia italiana en el país.

Por si fuera poco, justamente jugaba la selección italiana y el ambiente que había ponía los pelos de punta. Miles de personas viviendo el partido comparable a una final de Copa entre Barça y Madrid. El espectáculo estaba servido.

Viajar a Tirana, Albania

Como escuché que los chicos de la parada que escogimos para cenar hablaban italiano, que menos que integrarse un poco y hablarles también en un humilde italiano. Ellos nos vieron con poca cara de albaneses y empezamos a entablar conversación. Les dijimos que veníamos de Barcelona, que estábamos viajando por toda Europa, etc… y se ve que les caímos en gracia, porque cuando nos sirvieron la cena, uno de los chicos vino con dos cervezas, regalo de la casa, todo un detalle por su parte.

Viajar a Tirana, Albania

Cuando acabamos de cenar nos acercamos hasta el Parku Rinia, un moderno y renovado parque con una gran fuente de colores, restaurantes, y hasta un casino. Si hay algo que realmente nos sorprendió es la animada vida que te puedes encontrar. Los restaurantes y las terrazas del parque estaban a rebosar de gente, otros paseando, niños jugando, etc… Una zona muy agradable para pasear. Y de allí hicimos un pequeño recorrido nocturno hasta llegar al hostel para descansar y estar a tope para nuestro segundo día en Tirana.

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