Koh Rong era la penúltima parada en nuestra ruta por Camboya. Habíamos vivido durante más de 15 días en Phnom Pen, dormido en una simple hamaca y caminado bajo la lluvia en el Parque Nacional de Virachey, recorrido los templos de Siem Riep, y ahora nos tocaba relajarnos en la segunda isla más grande de Camboya. Durante 3 días el Palm Beach Bungalow Resort se convirtió en nuestro alojamiento en la isla de Koh Rong.
Cómo llegar a la isla de Koh Rong desde Sihanoukville
Salimos en un bus nocturno de Siem Reap hasta Sihanouville. Como en otros viajes por el país, escogimos la compañía de bus Virak Buntham. Era la primera vez que viajábamos de noche por Camboya y nos sorprendió la comodidad del Luxury Bus. A diferencia de otros trayectos nocturnos, donde en el mejor de los casos los autobuses tienen enormes butacas reclinables con espacio para estirar las piernas, en esta ocasión teníamos camas. Éstas se distribuían igual que las literas, en un lado estaban las dobles y al otro las individuales.
El viaje fue de unas 12 horas, contando con una parada de 30 minutos para cenar, y cada billete nos costó 17$ por persona (unos 15€). Al llegar a Sihanouville, el bus paró en el centro de la ciudad, y para hacer tiempo fuimos a desayunar. Antes de irnos al puerto compramos los tickets de bus hacía Kampot en las oficinas de Virak Buntham.
El Palm Beach Bungalow Resort tiene su propio ferry, y es el único que llega al alojamiento. Sale todos los días del Royal Pier de Sihanouville a las 13:00h, y parte del hotel hacía Sihanouville a las 09:30h. El billete de ida y vuelta cuesta 25$ por persona (menos de 22€), y el viaje dura alrededor de 2h.
El Hotel y su situación
El Palm Beach Bungalow Resort se encuentra a menos de 1 minuto a pie de la playa, en pleno contacto con la naturaleza y en una zona muy tranquila de Koh Rong. En esta parte de la isla no hay nada más que el hotel, así que no esperes encontrar restaurantes, tiendas u otros alojamientos.
Los distintos bungalows están distribuidos a lo largo de la costa, con vistas a la playa o a enormes palmeras. El restaurante, el bar, la recepción y la zona de pícnic y de ocio, que cuenta con varias sillas, hamacas y tumbonas, están ubicadas a primera línea de mar, y cerca se encuentra el muelle y una pequeña tienda local.
Los bungalows
La aventura en familia continuaba en Koh Rong, y tuvimos la suerte de disfrutar de 2 bungalows completamente diferentes durante las 3 noches que pasamos en la isla. Como hemos explicado antes, las cabañas se encuentran a lo largo de la playa, por donde hay caminos marcados que conducen a los distintos bungalows.
Nosotros compartimos habitación con mi hermano, así que escogimos el Family Beach Bungalow. Éste esta a menos de 5 minutos caminando de la zona común, con vistas a un campo de palmeras y distintas plantas, con vecinos a ambos lados.
Antes de entrar hay un pequeño porche con sillas, una mesa y una hamaca, ideal para disfrutar del paisaje, leer, hablar o simplemente relajarse. La cabaña de madera no se caracteriza por ser espaciosa ni luminosa, pero si por tener todo lo necesario. Las dos camas dobles eran cómodas y cada una tenía su propia mosquitera. También había un par de ventiladores, y unas estanterías de mimbre. Echamos en falta más estanterías o un armario para poder guardar todo el equipaje.
También teníamos lavabo privado, estaba limpio al igual que el resto, y disponía de lo básico. El hotel solo facilitaba las toallas, así que no había ningún tipo de amenities y la ducha era de agua fría. El bungalow tenía partes abiertas por donde entraba algún que otro animalito, algo que a nosotros no nos importó, ya que la mosquitera impedía que entraran en la cama.
En otra dirección, y a pocos minutos a pie desde el restaurante, en una zona un poco más apartada, se encontraban los dos Bungalow Deluxe. La situación era increíble, rodeados de naturaleza y con vistas a la playa.
Al igual que el Family Beach Bungalow antes de entrar te encontrabas con un porche desde donde admirar la panorámica, con un par de sillas y una pequeña mesa. El bungalow era grande y muy luminoso, gracias al enorme ventanal por donde entraba la luz natural durante el día.
La cama, cómoda y enorme, disponía de mosquitera propia, y además también había una pequeña nevera, un escritorio, un armario, una televisión, aire acondicionado, un par de ventiladores y algunas sillas más. El lavabo estaba impecable, como toda la habitación en general, y al igual que el otro, no tenía agua caliente.
Servicios que ofrece el Palm Beach Bungalow Resort
El personal del hotel nos recibió al llegar al muelle y nos ayudaron con el equipaje. Una vez en recepción, y con la bebida de bienvenida en mano, nos explicaron detalladamente todos los servicios del alojamiento, las excursiones y los tours que ofrecen, como el trekking por la selva, y lo que puedes encontrar en la isla.
El restaurante, el único que hay en esta parte de la isla, tiene servicio de desayunos, comidas, y cenas a la carta, y está abierto de 7h de la mañana a 21h de la noche. Los precios están bien, la comida es de calidad y en nuestra opinión hay bastante variedad. El bar cierra a las 12h de la noche y tiene una gran variedad de bebidas y cócteles.
El alojamiento ofrece de manera gratuita varios juegos de mesa, una pequeña biblioteca, dardos, una mesa de billar, varios Kayaks, raquetas de bádminton y equipamiento para hacer snorkel. El wifi funciona bien pero la señal solo esta disponible en la zona de restaurante.
¿Recomendamos este hotel en Koh Rong?
¡Repetiríamos con total seguridad! El entorno en el que se encuentra el resort nos pareció increíble, a orillas de la playa y rodeado de enormes palmeras, en el que se respiraba total tranquilidad. Los bungalows cuentan con lo básico, que para nosotros fue más que suficiente para ducharnos y dormir, y las comidas y bebidas que ofrece el hotel son de calidad y a buen precio. El personal es encantador y siempre están disponibles para ayudarte o solucionarte cualquier duda.
Nos lo pasamos genial jugando a las cartas, a dardos, al billar y a bádminton con la familia, y a pesar de que nos llovió todos los días, no tuvimos tiempo para aburrimos ni 1 minuto. Es un lugar ideal para desconectar y relajarse.
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