Después de nuestro paso por la primera isla de Malasia, Langkawi, volvíamos a la acogedora y encantadora ciudad de George Town, donde nos quedamos 6 días antes de disfrutar de las bellas Islas Perhentian. En esta ocasión, el Hotel Mingood fue nuestro alojamiento en Penang durante las 3 últimas noches.
Para que tengas algunas referencias, George Town fue fundada por el capitán Francis Light en 1786, que la utilizó para el comercio oriental. Con el paso del tiempo, la capital de Penang se convirtió en un histórico enclave portuario, y gracias a ello, en el año 2008, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Cómo llegar a George Town desde Langkawi
Si ya has buscado información sobre cómo llegar a George Town desde Langkawi, sabrás que hay dos maneras, una por aire, los vuelos a la capital de Penang son más baratos que el ferry siempre que no factures, y la otra por mar, si no quieres quedarte sin tu asiento, compra tu ticket de ferry a George Town online al mejor precio.
En nuestro caso teníamos que facturar, y decidimos ir en ferry de Langkawi a Penang. Como viajamos en temporada baja, compramos los billetes un par de horas antes de salir en las taquillas del Puerto de Kuah de Langkawi por 70RM (unos 15€) por persona. El trayecto no duró más de 3h, y una vez en el Puerto de Swettenham de George Town cogimos un Grab hasta el alojamiento.
El Hotel Mingood y su situación
El Hotel Mingood se encuentra a 5 minutos a pie del centro de la ciudad. Por los alrededores del alojamientos hay varios restaurantes locales donde comer bueno y barato, cafeterías y tiendas de todo tipo. A muchos de los atractivos de George Town se puede llegar con un agradable paseo. China Town está a 10 minutos caminando desde el hotel y Little India a menos de 20 minutos a pie.
El arte callejero está repartido por toda la ciudad, te aconsejamos visitar Nagore Square, a 10 minutos a pie del hotel, y Hin Bus Depot, a unos 20 minutos caminando desde el alojamiento. Son 2 zonas poco visitadas por los turistas que te sorprenderán. Otros imprescindibles cercanos son el Clan Jetty, la Mezquita del Capitán Keling o el Templo Khoo Kongsi.
La habitación
Las 3 noches dormimos en una habitación doble situada en la cuarta planta. La información que teníamos del alojamiento eran las fotos que habíamos visto en la web. Ya sabíamos que el hotel estaba algo anticuado, pero al salir del ascensor nos sorprendimos al ver que tanto el pasillo como las habitaciones estaban enmoquetadas, una moda del siglo pasado, y además todavía se permitía fumar en todas las instalaciones, cosa que no logramos entender.
Al abrir la puerta de la habitación, nuestros ojos se fueron directamente a las vistas que teníamos desde las ventanas, y nuestro olfato todavía percibía el olor a tabaco que tanto odiamos. Era sencilla, espaciosa y muy luminosa. La cama, que tenía a cada lado un par de mesitas, nos pareció muy cómoda, pero la sábana no llegaba a cubrirnos por completo, y era algo que nos incomodaba. A uno de los lados había un pequeño escritorio-tocador con una silla, donde encontramos las aguas de bienvenida y un set de tetera con cafés y tés que reponían a diario.
Justo delante, estaba el armario, donde pudimos dejar todo nuestro equipaje, un largo escritorio con una televisión y una silla, una nevera del año 1700 que funcionaba a las mil maravillas y una butaca. Al lado de la butaca había una puerta que daba a un balconcillo con vistas a la calle. El lavabo era correcto, muy acorde con el resto, el hotel se encargaba de las toallas y de algunos amenities como el gel de ducha y el champú. La única cosa que no funcionaba del todo bien era la cadena del baño, que la teníamos que llenar de agua con una cubo cada vez que tirábamos.
Servicios e instalaciones del Hotel Mingood
En la última planta sirven el desayuno. A nosotros nos decepcionó, ya que era demasiado básico: tostadas, mantequilla, mermelada, crema de cacahuete, algo de fruta, zumo, café, leche y cereales. Si querías huevos fritos, tortilla o salchichas tenías que pagar un suplemento. En el mismo piso se encontraba una enorme terraza con sillas y mesas, que no pudimos disfrutar a causa de las lluvias, ideal para descansar después de un día intenso de turismo por la ciudad.
Otros servicios de los que disponen son de aparcamiento gratuito, alquiler de coches, lavandería, dispensador de agua, ordenadores para los clientes, reserva de tours y billetes de bus. En la recepción hay en pequeño espacio con sofás perfecto para ojear uno de los muchos libros de viajes que tienen. El wifi funcionaba bien y estaba disponible en todo el hotel.
¿Recomendamos este alojamiento en George Town?
Si y no. Su ubicación es perfecta, a 5 minutos a pie del centro, y a pocos de muchos imprescindibles de George Town. A pesar de que el hotel necesita mejoras, consideramos que es un buen lugar para pasar un par de noches. Destacamos al personal y a Arthur y Desmond, muy atentos y amables en todo momento.
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