Eran las 5:30h de la mañana cuando pusimos rumbo a la Capadocia, región histórica de Anatolia Central, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1985 y conocida por tener una formación geológica única en el mundo, además de su patrimonio histórico y cultural. Nos esperaban unas cuantas horas de autocar, más de 700km de viaje por delante… La sorpresa fue que era un autocar muy moderno, con unos asientos comodísimos, wifi… así que el trayecto fue como estar en el sofá de casa.
La primera parada era la capital turca, Ankara, dónde paramos a comer y probamos una sopa tradicional del país y otra cosa que mi cabeza no recuerda ahora mismo… no sería de nuestros platos preferidos.
El Mausoleo de Atatürk
Ya comidos fuimos a visitar el símbolo de la ciudad, el majestuoso mausoleo de Mustafá Kemal, más conocido como el Mausoleo de Atatürk. El que fuera el líder de la independencia turca, el fundador y primer presidente de la República de Turquía. Para llegar hasta la impresionante plaza donde se encuentra el mausoleo, tenemos que pasar por un largo camino “escoltado” por enormes leones a sus lados, que representan el poder y la tranquilidad. El camino que finaliza en la monumental plaza ceremonial, está formado por un conjunto de baldosas separadas cada una a 5 cm de ancho de la otra, para obligar al visitante a caminar despacio, como muestra de respeto al lugar.
Una vez en la enorme plaza de celebraciones, capaz de albergar hasta 15.000 personas, se levanta el gigantesco Mausoleo de Atatürk, lugar de descanso del considerado padre de todos los turcos, y se alza la bandera de Turquía con un mástil a 33 metros de alto. La Plaza está custodiada por varios guardias, y si tenéis suerte, podréis coincidir con alguno de los cambios de guardia. (No sabemos con certeza a qué horas lo hacen).
Ya dentro, se accede a unas salas donde se puede ver la historia del líder turco, y un museo donde además de poder ver objetos personales del propio fundador, se explica y se representa cómo se creó la República de Turquía y sus guerras paso a paso, en una visita muy dinámica, con reproducciones a escala real. La entrada es gratuita.
Sorprende la monumentalidad del mausoleo del fundador turco con sus gigantescas columnas, construido 6 años después de su muerte, entre los años 1944 y 1953 y considerada una de las mejores obras arquitectónicas de aquellos años. Es de suponer que, a pesar de que no le gustaban las excentridades, su construcción se hizo a medida de todo lo que llegó a hacer por el país y su población, ya que entre otras cosas, alfabetizó el idioma, permitió el voto a la mujer, eliminó la poligamia y occidentalizó parte del país.
Es mucha la gente local que va a visitar el monumento funerario y así rendirle homenaje. En el interior del mausoleo, conocido como el salón de honor es donde descansan los restos del padre Atatürk, bajo una enorme losa de mármol de 40.000 kilos de peso y a 7 metros de profundidad.
Frente al Mausoleo de Atatürk, al otro lado de la Plaza de Ceremonias, también se encuentra enterrado Ismet Inönü, el Segundo Presidente de Turquía, que murió en 1973.